Actualizado al 03.01.2017
El sábado 11 de junio de 2016 se celebraron los exámenes de graduación de miembros del Kamikwai y otros alumnos invitados en el dojo del Club Centro de Aikido. El tribunal de exámenes estuvo compuesto por Juan José Barjola (4º Dan), Marco Rende (4º Dan), Daniel Pérez de Cámara (3º Dan), Emilio Fanjul (2º Dan), Julián Barjola (1º Dan), y Javier Parada "Patxi" (1º Dan). Los resultados fueron los siguientes:
Alumno | Grado Obtenido | |
Leyre Camacho | 6º Mon (Blanco-amarillo) | |
Darío Camacho | 6º Mon (Blanco-amarillo) | |
Andoni Parada | 6º Mon (Blanco-amarillo) | |
Pedro Durango | 6º Mon (Blanco-amarillo) | |
Sergio Benedicto | 6º Mon (Blanco-amarillo) | |
Amaia Parada | 5º Kyu (amarillo) | |
Claudia Durango | 5º Kyu (amarillo) | |
Israel Barjola | 5º Kyu (amarillo) | |
Marta Caballero | 5º Kyu (amarillo) | |
Lucía Remesal | 5º Kyu (amarillo) | |
Emma Moreno | 5º Kyu (amarillo) | |
Laura Caballero | 5º Kyu (amarillo) | |
Abril Rodríguez | 5º Kyu (amarillo) | |
Álvaro Sabalete | 5º Kyu (amarillo) | |
Raquel Moreno | 5º Kyu (amarillo) | |
Javier Rodríguez | 5º Kyu (amarillo) | |
Javier Esteban | 5º Kyu (amarillo) | |
Kevin Foley | 5º Kyu (amarillo) | |
Óscar Ye Chen | 5º Kyu (amarillo) | |
Carlos Corral | 4º Kyu (naranja) | |
Enrique Granizo | 4º Kyu (naranja) | |
David Sánchez | 4º Kyu (naranja) | |
Luis Bajo | 4º Kyu (naranja) | |
Adriana Alcaide | 4º Kyu (naranja) | |
Cristian Dumitru | 2º Kyu (azul) |
Diario Inconfesable de un Examen
6:15. Me despierto. Intento volver a dormirme, pero me conozco y sé que no lo voy a conseguir. Soy como los gallos: en cuanto clarea, arriba. Y eso, en verano, es una putada.
Café y un paquete enterito de galletas.
Hago un ejercicio de masoquismo y me trago el telediario matinal de la 1.
Me pongo a leer.
7:58. Whatsapp. Es Enrique, que todo el mundo arriba. Patxi y los suyos ya lo estaban. Sospecho que bastantes más.
8:48. Whatsapp de Jorge. Hace apología de los plátanos ¡¡y que no desayunemos mucho, que luego vienen las roturas fibrilares!!. Me acuerdo del paquete enterito de galletas.
Sobre las 9: Le digo a Abril que tengo un par de dudas, que las podríamos ver. “Puuufff”. Le da pereza levantarse del sofá. ¡Apúntate a Aikido con tu hija para esto! Me cuesta convencerla. Finalmente, se digna.
10:20. Llegamos al Dojo. Como soy educado, entro saludando a los que ya están en el tatami mientras avanzo por el pasillito. Tardo unos segundos en ser consciente de que alguien está repitiendo desaforadamente mi nombre. Es el Maestro. Habían puesto colchonetas en el pasillito y ahí estaba yo, pisándolas. Desde luego, esto no es entrar con buen pie en un examen.
10:45 o por ahí: Comienza la clase. Trabajo primero con Paco. Si no llevo mal la cuenta, ésta es la 3ª vez que trabajo con él. Y la primera que me corrige oralmente. Las otras 2 fueron con gestos, que yo ya tenía asumido que era lo que se dice un hombre de pocas palabras.
Veo un tipo apoyado en el marco de la puerta que lleva una camiseta del Atleti. Lo de ver es un decir: tengo miopía y astigmatismo, uso gafas de cerca y de lejos y si no las llevo puestas, más allá de metro y medio el mundo es borroso para mí. Y estoy en el otro extremo, al lado de la puerta de los vestuarios.
Trabajo con David, del otro Dojo, al que no conocía. Un placer.
El tipo de la puerta sigue ahí. Pienso que es alguien que pasaba por allí y se ha quedado enganchado en semejante movida. Un posible futuro alumno, pienso.
Trabajo con Javi, mi pareja de examen. Las parejas tienen que pasar tiempo juntas, así que repetimos en la siguiente técnica. Lo intentamos una tercera vez, pero no es posible: alguien del otro Dojo,
no recuerdo quién, se ha dado cuenta, se interpone entre nosotros, se queda con mi Javi y yo me encuentro solo, llegando siempre unas décimas de segundo tarde a todos mis intentos de formar pareja,
hasta que me topo con un solitario Julián que, claro, como es parte del tribunal, no sé yo si es elegible o no, desconozco todavía mucho de los protocolos. Pero sí, me dice que “claro”. Y yo me
alegro, de verdad, me gusta trabajar con Julián…¡pero, coño, es un nikyo! ¡un nikyo con Julián!
El del Atleti ha dado un paso al frente y ahora está dentro, sentado en las colchonetas. Tengo claro que, como mucho después del verano, éste se va a apuntar a Aikido.
Vuelvo a trabajar con Paco. Ya tenemos una relación fluida. Un abrazo, Paco.
A no se qué hora: Fin de la clase. Ahora, 10 minutos de descanso antes de los exámenes. Pululo por el tatami. El del Atleti se viene definitivamente arriba. Me hace gestos de saludo. Como ya he dicho que a metro y medio todo es borroso para mí y estamos por lo menos a 4, no tengo claro si es a mí y no respondo. Intensifica sus gestos, ahora parece un náufrago que ha divisado un barco. “Anda, si me conoce”, pienso. Avanzo hacia él: 3 metros, 2… ¡coño, si es Dani!. Y el que está a su lado, el de la camiseta verde, que también llevo viendo media mañana, resulta que es Jorge. Y la chica que está a su lado, que ni siquiera en un primer momento reconozco, es Miri. Eso sí, la camiseta era del Atleti…de Bilbao.
Cruzo con Carlos 5 ó 6 palabras, apenas unos segundos. Los suficientes para que me surja la duda que ahora te planteo, porque entonces no lo hice: Carlos, ¿realmente te fumaste un piti entre la clase y el examen?
Digo yo que a las 12:15 o por ahí: Comienza el examen de amarillo. Van primero los nanos y los adolescentes y se cumple lo que ya sabíamos: cuanta más edad, más se preocupa uno por la técnica. Leire, Darío, Israel… las hacen como si jugaran, sin pensar, o eso me parece a mí. Marta, Claudia, Lucía… parecen más tensas, como temerosas de olvidar cómo era esta técnica. Pero todos lo hacen muy bien.
Amarillo de adultos. Joder, ya me toca. “Abril”, “Laura”, “Javi” (Alea jacta est), “el otro Javi”…y yo ya no oigo nada más. Procuro, simplemente, no ponerme más nervioso de lo que ya estoy, tranquilizarme es imposible. Así que empiezo nervioso. “ Suwariwaza”. “¡Kaaaatadori ikyo!”. Vamos allá. Cuando llevo la rodilla a su costado descubro horrorizado que el kimono de Javi es de todo menos ajustado bajo la axila. Al posar la rodilla lo hago encima de la tela y ahora el brazo no baja. Pues empezamos bien.
No hay nada como el cansancio físico para descansar la cabeza. Así que según avanza el examen estoy cada vez más centrado en guardar oxígeno y menos en las técnicas, lo que hace que esté más relajado.
Fin de mi examen. Ya sólo me queda cobrar.
Segunda técnica de Shomen Uchi. Con mi cara contra el tatami, veo aparecer a un par de palmos la de Raquel. A punto de que me receten un broncodilatador, le digo que ánimo, que ya queda poco.
Siguiente técnica. Ahora es la cara de Abril la que encuentro cuando la mía llega al tatami. Voy a levantar el pulgar para animarla, pero no me da tiempo, de repente desaparece.
¡¡¡Final, final, final!!!
A partir de ese momento me dedico básicamente a sudar, cada vez más. La verdad es que, ya sin tensión, me desentiendo casi completamente de lo que pasa en el tatami, así que poco voy a contar. Eso sí, flipo con Cristian. Fluidez, suavidad y contundencia. Me ha gustado mucho.
En el vestuario: Los adultos, de vez en cuando, deberíamos bajarnos de nuestro pedestal respecto a los niños y abrirnos a lo que puedan enseñarnos. En este caso, la lección es de Israel: alguien le recuerda que su tío le ha dado el cinturón amarillo de su prima. Y él pasa muy rápidamente sobre este hecho. “ Sí… ¡¡y me han dado una bolsa de chuches!!”. A diferencia de los adultos, los niños son consecuentes con su mundo. Ellos le dan importancia solamente a lo que en su mundo tiene importancia. Y con esa edad, ¿ qué más importante que una enorme bolsa de chuches?. Los adultos, en nuestro mundo, convertimos en importantes cosas que en realidad no lo son y olvidamos lo realmente importante.
No recuerdo cómo, pero surgió el tema del final de la Champions. Israel dice que “ el Atleti es un vago, estaba cansao”. Para mí que esta idea, más que suya, se la ha escuchado a su padre. Sergio va a degüello, recordándome una y otra vez que el Madrid tiene 11 y el Atleti, ninguna. Pedro o Andoni, no recuerdo bien, es más comedido, pero también suelta algo de vez en cuando. Me voy deprisa, porque la tengo y porque estar encerrado con 3 ó 4 niños del Madrid atacándome no hay quien lo aguante.
- Javier Rodríguez -
Afortunados aquellos que conocen el Aikido y pueden disfrutar de unos grandes maestros y compañeros.
En este IX Godogeiko contamos con una nueva bisoña, Paloma, sobrina de Javier V. Seguramente todo la sonaría a chino. Esperamos que haya disfrutado, tanto como nosotros. Gracias Paloma por compartir con nostros este ratito nuestro Budo.
¡Buah!, veo el vídeo una y otra vez y no me canso.
Naturalmente, lo he ido enseñando a todo el que he podido. Y esto es lo que me he encontrado:
Al menos para aquellos que lo ven por primera vez, lo que resalta sobre todo lo demás es ese fuerte componente estético, visual que tiene el aikido y que se impone sobre lo que realmente hay detrás de esa danza que están viendo. Un componente visual que suscita unánimemente adjetivos del tipo “bonito”, “chulo”, o expresiones como “como mola”. Ven un vídeo de aikido y asisten a una sesión de magia, a esa parte de magia que, como dice el Maestro, tiene el aikido: “parece que está pasando una cosa, pero en realidad está pasando otra”. Y si, además, al vídeo se le añade una música intensa y acompasada a la imagen, como éste de la exhibición en Expomanga, pues entonces ya, como dicen en mi pueblo, “te meas las patas p’abajo”.
Pero ese fuerte componente visual, esa especie de coreografía que el que no conoce el aikido por dentro ve en primer y único plano, resulta que tiene también su cruz. Porque no es extraño, al menos entre la gente a la que se lo he enseñado, que tras los halagos “bonito”, “chulo”, “mola”, uno tenga que escuchar comentarios del tipo “pero es que se tiran, ¿no?”, que sí, que lo dicen sin maldad y por desconocimiento, ya lo sé, pero a mí es que me sienta un poco mal, porque parece que lleva implícita la creencia de que el que ataca se deja y que muy bonito el aikido, oye, pero está todo preparado. Y yo, de momento, me tengo que limitar a explicarles que, en realidad, la caída es una defensa y que es mucho más difícil de lo que parece, y que si no caes, y además caes bien, puedes acabar, por ejemplo, con una bonita fractura de cúbito o radio. De momento me tengo que limitar a explicarles esto. De momento. Porque el día que aprenda bien voy a hacer como el monologuista ese del Club de la Comedia, el que cuando va a contar alguna historia, dice: “no lo cuento, lo hago”. Y eso, que no lo voy a contar, lo voy a hacer, a ver si te estás dejando o no te estás dejando…
Es broma.
La exhibición de Expomanga, cómo no, la disfruté mucho formando parte de este grupo extraordinario. Lo único, que esperaba un tatami bastante más grande.
Pero no importó: el tatami era pequeño, pero nosotros lo hicimos grande.
- Javier Rodríguez -
El sábado 9 de enero de 2016 se celebraron los exámenes de graduación de miembros del Kamikwai y otros alumnos invitados en el gimansio Kiofu. El tribunal de exámenes estuvo compuesto por Juan José Barjola (4º Dan), Marco Rende (4º Dan) e Isaac Nogales "Tati" (3º Dan). Los resultados fueron los siguientes:
Alumno | Grado Obtenido | |
David Sánchez | 5º Kyu (amarillo) | |
Luis Bajo | 5º Kyu (amarillo) | |
Javier Vallhonrat | 3º Kyu (verde) |
Enhorabuena a los tres!!
Éste ha sido mi primer examen de Aikido. Desde que empecé las clases en el Kiofu con el maestro Marco, la cabecilla me daba vueltas con preguntas sobre el examen del cinturón amarillo, sobre las técnicas que habría que hacer, cómo sería el examen, y mil preguntas que se me cruzaban por la cabeza y que con mucha ilusión por mi parte les preguntaba a Marco y a los compañeros de clase.
Me ha parecido que estos tres meses han pasado volando, y es curioso lo que nos comenta Marco de cómo sin darte cuenta vas asimilando movimientos y adentrándote en las técnicas con cada clase que pasa. Mi pensamiento un mes antes del examen era que no tenía las cosas tan claras como para hacer un examen en condiciones.
Y llegó el día del examen. Éste comenzó tras una clase de Juanjo en la que temí que se me cayeran los brazos al suelo después de golpear con el bokken a diestro y siniestro. Y por si eso fuese poco para empezar el examen con algún hándicap, a Luis, mi "presumible" compañero de examen casi le arrancan la cabeza de un bokkenazo (dramatizo un poco las cosas que así le da más emoción a este relato).
Así que después de muchos nervios y semanas de preparar las técnicas, correcciones de Marco, consejos de los compañeros, más correcciones de Marco, apuntes de libros y algunos videos de YouTube (donde acababa viendo videos del Steven Seagal y finalmente videos de gatos absurdos) empezó el temido examen. Es curioso cómo pasábamos de una técnica a otra y hasta casi podía disfrutar haciéndolas sin tener que estar súper concentrado. Y en un momento, me vi de uke atacando a mi compañero y cansado como si llevase una mula en brazos hasta el punto de que mi compi me tuvo que ayudar a levantarme para lanzarle los últimos tsukis y así poder acabar el examen decentemente. Gracias Luis.
Al volver al sitio sentí una alegría enorme, por un lado porque el tan temido examen había terminado y encima sentía que lo habíamos hecho más o menos bien, y por otro lado porque veía que no se me habían caído los brazos!
Después pudimos disfrutar del examen de verde y el simulacro de negro en los que me perdía entre nombres extraños de técnicas que no conozco y que me recordaba a ver una película de dibujos japoneses sin traducir. Tiempo al tiempo, todo llegará. Parece mentira que se puedan hacer tantas cosas con las manos, caderas. Impresiona ver a unos compañeros que tienen ya ese nivel.
Al finalizar la clase y escuchar que estábamos aprobados nos llevamos una alegría inmensa y, por cierto Marco, ya te tengo que preguntar dudas del examen de naranja, que ya estoy ansioso por prepararlo. Por cierto, gracias a todos por las felicitaciones. ¡Le llenan a uno de orgullo y satisfacción ser aikidoka amarillo!
Las últimas semanas antes del examen han sido claves para aprender decentemente todas las técnicas, así que muchas gracias compis y maestros que si no es por vosotros y los videos de Paco el examen lo hubiese aprobado Rita.
Hasta el próximo examen.
- David Sánchez -